El taller

Hupalu es el resultado de los años de experiencia y estudios de su fundador, Luis Paradinas.

En 1988 comenzó a trabajar en Aguman, un pequeño local en la zona de Laguna, en Madrid. Aquel era un taller dedicado exclusivamente a la fabricación en oro de cajas y correas metálicas para relojes de pulsera. Fue aquí cuando comenzó a aprender los rudimentos del oficio: fundición, trefilado, soldadura, perfilado y engarce de piezas.

A mediados de los años 90, Paradinas siente que tiene que explorar otras áreas de la joyería. Esa oportunidad vendrá de la mano de Joaquín Berao y su estudio-taller. Es entonces cuando aprende a trabajar con una mayor variedad de piezas de joyería, metales y técnicas diversas. Con Berao, los modelos maestros se hacen en metal –nunca en cera–, así que toca aprender a tallar, perfilar y esculpir cada pieza. Además del oro, aprende a tratar otros materiales como la plata, el marfil, el latón, el cobre y el bronce. Conoce a fondo los secretos de la fundición de metales nobles, el complejo oficio del orfebre y técnicas de acabado de metales como el patinado. Allí descubre la joyería en su vertiente más creativa y también, la más industrial.

Curtido ya como orfebre y fundidor, Luis Paradinas comienza a explorar tendencias y escuelas creativas en joyería. Son años de estudio e investigación en los que adquiere nuevas y mejores habilidades. A destacar sus estudios de modelado en cera con el escultor José Luis Fernández, creador del trofeo de los premios Goya. Es cuando comienza a fundir las joyas que diseña y a dar forma a su siguiente proyecto: abrir un estudio-taller propio. Con él podrá controlar y garantizar todo el proceso de fabricación.

Hoy Hupalu destaca por la agilidad y destreza en la ejecución de cada encargo, la calidad de su fundición y la habilidad de sus colaboradores. Por supuesto, también por la experiencia como orfebre y diseñador de joyas de su responsable y fundador.